Lo insinuó Christine Lagarde, nos lo recuerda Olli Rhen y no tardarán mucho Draghi y Merkel en ordenárnoslo. El brutal recorte de los salarios está servido, ¡aprétense, más si cabe, los cinturones!
¿No resultaría más efectivo reducir los beneficios empresariales y la jornada laboral para generar empleo? Ah no, que el capital solo aspira a ganar cada vez más a costa de lo que sea.
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