Con una tasa del 48,56% de desempleados menores de 25 años, y la mayoría de los que tienen un empleo es en condiciones precarias, llega la señora ministra y descubre la piedra filosofal.
Cierto es que todo aquello que ayude a desarrollar iniciativas de creación de empleo es bienvenido, pero de ahí a pretender arreglar el problema del paro juvenil con una asignación tan paupérrima en una coyuntura económica como la actual es poco menos que una ofensa a la inteligencia.
Pero si tenemos en cuenta que esta iniciativa no es en absoluto novedosa y que el paro se puede capitalizar desde ya hace tiempo, ¿qué valor tiene la afirmación de la señora Bañez? ¿Qué la capitalización será del 100%? Pues sigue sin aportar nada nuevo, porque si bien es cierto que la las capitalizaciones máximas hasta el momento son del 80%, también es cierto que el 20% restante se podía recibir en forma de exenciones de las cuotas de la Seguridad Social.
Gracias, señora Bañez, por su declaración de intenciones pero, por favor, busque argumentos y herramientas más contundentes para acometer la colosal tarea que tiene por delante.
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