Wert parece decidido a apropiarse de todos los calificativos infames y para ello no duda en utilizar las más repugnantes actitudes para hacerse acreedor de ellos. Hoy su ministerio no ha dudado en utilizar la condición de funcionario de parte de los huelguistas para, por comparación con la mayoría de los españoles, presentarlos como unos privilegiados caprichosos que solo se preocupan por "lo suyo".
Nada más lejos de la realidad, el colectivo docente, además de trabajar cada vez más tiempo en peores condiciones, ha visto rebajado su salario reiteradamente en los últimos años, por no hablar de la brutal pérdida de poder adquisitivo que esto ha supuesto.
Si tenemos en cuenta que esta huelga poco o nada tiene que ver con cuestiones salariales y si por garantizar el mantenimiento de una educación pública de calidad, queda de manifiesto la vileza de los argumentos del despreciable ministro.
que hijos de puta, pero que se vayan preparando, porque cuando ataquemos de verdad, estarán perdidos ¡miserables!
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