Cielos que horror, otra familia destrozada por las hipotecas. Que horrible presión, que angustia, que inquietud, que desespero, ¿en que palecete dormirán esta noche? ¡Ooohhh! ¡No puedo quedarme de brazos cruzados viendo tanto sufrimiento! ¿Que puedo haceeeer...?
Y que decir de la desdichada Corinna. Su vida rota, perseguida, agobiada, sin intimidad, víctima de un amor imposible ¡Aaagghh! ¡Cuanto desasosiego!
Asco de gentuza.
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