Una vez más quedó puesto de relieve lo alejados que están los políticos del PPSOE de la realidad de la ciudadanía y de sus necesidades.
Cuando ya resulta complicadísimo cumplir los requisitos para poder presentar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), tener que superar los prejuicios e intereses de los legisladores y gobernantes puestos al servicio de los poderosos y el capital, resulta imposible.
Cuando Amaia Egaña decidió poner fin a su vida angustiada por su inminente desahucio, PP y PSOE se vieron atrapados por la brutal realidad y escenificaron con urgencia la pantomima propagandística correspondiente. Unas medidas absurdas y leoninas a las que apenas nadie podía acogerse y que, por supuesto, no han conseguido frenar la vorágine de desahucios en nuestro país.
Dar la espalda a aquellos que ya no tienen casi nada que perder puede traer enormes y nefastas consecuencias para todos. Una vez más el PP demuestra de parte de quién está y para quién gobierna.
Valiente, valiente...asi se habla.
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