Público. Merkel trata de influir en las elecciones griegas hasta el final. |
Ni soberanía popular ni ostias. El único criterio válido es el dinero, su dinero, el dinero que prestaron los bancos alemanes para cubrir el agujero que unos impresentables políticos generaron conduciendo a su pueblo a la más absoluta de las ruinas. El dinero que tendrán que devolver a costa del sufrimiento y las privaciones de la ciudadanía.
Hasta el último momento, Merkel y sus acólitos, han intentado coaccionar a los griegos para conducir el voto hacia los partidos "ortodoxos" y garantizarse" así el hipotético cobro de la deuda.
Así funciona la Europa del capital, en dirección opuesta a la inexistente Europa de los ciudadanos.
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