Si cualquier ciudadano de este país incurriese en el mismo nivel de incumplimiento laboral que el gobierno estaría, indudablemente, despedido.
El caso de Mariano es paradigmático:
-Incumplimiento flagrante del contrato (subida de impuestos, recortes en los servicios básicos, recorte de derechos).
-Incuplimiento total de los objetivos (paro, deuda, rescate).
-Falta de explicaciones a quienes le contrataron (votaron).
-Muestras de arrogancia y embustes con aquellos que pueden influir determinante en el devenir de nuestra "sociedad".
-Desvío de recursos de la "sociedad" a terceros.
En fin, toda una retahíla de despropósitos que, incluso sin acudir a su propia reforma laboral, serían más que suficientes para ponerlo de patitas en la calle.
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