Después de oír hablar inglés a Ana Botella ya no me cabe ninguna duda ¡Ana Botella es Aznar! Si, estoy absolutamente convencido de que en un acto de máximo amor y entrega católicomatrimonial, Ana se avino a un intercambio de cerebros para permitir alargar la presencia en la política de su magno esposo.
Desde ese mismo momento Aznar, con el cerebro de Botella, no dice más que memeces absurdas, del mismo modo que Botella (Aznar) no suelta más que majaderías megalomaniacas y fascistoides.
Vaya par de frikis peligrosos.
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