Los brutales recortes del gobierno del PP no han servido para conseguir el objetivo de déficit marcado por la troika y además han supuesto un deterioro sustancial en las condiciones de vida de los ciudadanos, el paro alcanza cotas inverosímiles y las previsiones económicas apuntan a una más que notable recesión.
Los amos del capital, los diseñadores de nuestra deuda odiosa, exigen más sacrificios a los más vulnerables, retraso inmediato en la edad de jubilación, revisión del sistema de pensiones, una nueva subida del IVA y la implementación de nuevos impuestos de carácter medioambiental.
En esta vorágine de presión hacia el común de la ciudadanía hay algunos colectivos que pueden seguir disfrutando de sus prebendas, los grandes defraudadores. En 80.000.000.000 se cifra el fraude fiscal en España y, sin embargo, nadie habla de establecer medidas radicales en este sentido.
Mientras tanto el PP calla, calla ante la avalancha de informaciones acerca de la corrupción, del paro, de la recesión, de la destrucción de los servicios públicos.
El pueblo también calla, o si no calla al menos no se hace oír de un modo lo suficientemente contundente para que los usurpadores se den por aludidos.
¡Pongamos fecha y hora para revertir esta situación!
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