Si, cierto es que Convergencia i Unió ha perdido la mayoría absoluta, como también es cierto que sus medidas de recorte y austeridad han generado un gran número de descontentos y por ende una notable pérdida de popularidad y votos, pero de ahí a decir que la propuesta soberanista de Artur Mas ha sido repudiada por la ciudadanía va un enorme trecho.
Repasemos los resultados de las votaciones de ayer.
El primer dato relevante es el de la participación, un 69.56% frente al 58,78% del 2.010. Un incremento superior al 10% denota que, evidentemente, estas elecciones no han dejado indiferentes a los catalanes que han dado mayor legitimidad a la urnas.
El segundo dato a tener en cuenta es que las fuerzas soberanistas han conseguido un escaño más que en la anterior convocatoria, 87 por 86, pero lo más destacable es el número de votos que sustentan esta posición, 2.093.709, es decir 337.961 más que en 2.010.
Por su parte las fuerzas no soberanistas han obtenido 1.215.455, solo 147.002 votos más, siendo una vez más el PSOE el que mayor pérdida de escaños registra.
Así pues, la única lectura que cabe hacer del resultado de estos comicios es que la cuestión soberanista ha sido respaldada con más escaños y votos que en las elecciones de 2.010 y que lo único que se ha rechazado es la política de austeridad y recortes que estaba llevando a cabo el gobierno de Artur Mas.
Resumiendo, Cataluña quiere más soberanía y menos recortes.