Ojalá mañana pierda la selección española y nos ahorremos el presenciar el esperpento de una masa enfervorizada tomando las calles pletórica de satisfacción por la victoria de su equipo en un torneo sin ningún valor, mientras el paro alcanza cotas inimaginables, la miseria campa por doquier, la sanidad y la educación públicas son desmanteladas en aras de enriquecer a los "amigotes" de siempre y el PPSOE se ve salpicado por los mayores escándalos de corrupción de nuestra "democracia" de sainete.
A las calles, si, pero a exigir la dimisión de un gobierno agonizante por causa de su inutilidad y su corrupción.
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