Público. Torres-Dulce, partidario de "reprimir" los abusos de los derechos de manifestación y expresión. Cifuentes aboga por cambiar la ley para "modular" el derecho de manifestación. |
-Te imaginas, Eduardo, una especie de plaza de toros con un registro de protestas en el vestíbulo. ¿Usted de qué se quiere quejar? ¿A quien va dirigida su protesta? ¿Le hubiese gustado destrozar o quemar algo? ¿Qué objetos contundentes o inflamables porta? ¿Cuantos antidisturbios desea que le vejen y golpeen? Firme aquí. Su factura.
Mientras tanto, en las gradas, las enfervorizadas huestes de NNGG chillan y patalean mostrando su apoyo a las fuerzas del orden público que no cejan en su empeño de proteger a los manifestantes de sus propias ideas.
El albero, a medida que pasan las horas, va transformándose en fangal merced a los vómitos y fluidos corporales que los desquiciados manifestantes, mostrando su falta de decoro, van vertiendo incontroladamente.
En el este del estadio el espaldón, siempre dispuesto a recoger los proyectiles evitando que hieran a los asistentes, para que a la caída de la tarde no sea necesario vendar los ojos a los condenados por tamañas afrentas a la sociedad.
Te imaginas Eduardo, si el generalísimo levantara la cabeza estaría muy orgulloso de nosotros.
-Maravilloso Cristina, por cierto, cuando veas a tu marido, me lo saludas.
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