Público. El rey se cae de morros en la sede del Estado Mayor de la Defensa. |
Hoy, con su caída, el rey ha representado como en pocas ocasiones había hecho nunca, la triste y cruda realidad del país que están dejando los ineptos que nos gobiernan y los que han gobernado.
Un país en el que la impotencia ante la vertiginosa caída es la característica predominante, un país donde propios y extraños no dan crédito a lo que ocurre, un país que transmite una enorme fragilidad e incapacidad en el que los daños a los más sensibles se antojan durísimos o irreparables.
Lastimosa imagen la de un monarca en el que cada día menos ciudadanos se ven representados.
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